¡Hoy vuelvo un poco hacia atrás en el relato! (Admito que para entender, tendrán que haber leído algunos de los posteos anteriores.) 13 de octubre del 2015 – Estaba en pleno Curso de BA Emprende cuando decidí tomar un café con Delia. Delia es mi tía, única hija de mi tía abuela Florinda. Quería contarle acerca de mi proyecto y compartirle que llevaría de nombre, el nombre de su madre. Así que ese día tomamos un rico té en lo de mamá y le conté todo. Mi tía Delia es una persona muy amorosa, muy inteligente y muy reservada. Se manifestó contenta y le encantó el proyecto, pero en ese momento no me dijo nada más. 14 de octubre del 2015 –Venía de unos días difíciles en que todo me costaba. Admito que venía con dudas de si seguir adelante con mi emprendimiento o no. Sentía que andaba necesitando una señal. Me fui a hacer unos trámites y al final del día, volviendo a casa caminando se largó una tormenta fuerte. Paré en un techito porque no tenía paraguas. Me acuerdo el instante que les voy a relatar ahora como si hubiese sido ayer:
Tenía que hacer tiempo hasta que pare de llover, así que bajo el techo agarré mi teléfono y me puse a chequear mails.
Entró justo un mail de Delia.
Me resultó llamativo porque me escribía poco.
Y en ese momento... de duda y tormenta, leí: “Hola me quedé pensando en el emprendimiento y para que tengas otra señal, ayer hacían 20 años que falleció la abuela Florinda (te sigue desde donde esté). Beso” En el instante en que me enteré, que el día que había elegido para contarle a mi tía del proyecto se cumplían 20 años del fallecimiento de Florinda… supe con esa sincronicidad, que este era mi camino. Hoy se cumplen 5 años de ese instante. En el que para mí, nació Florinda Jardinería Urbana. ¡Y lo quería compartir con ustedes!
Volveré en breve a contarles más acerca del pasado, presente y futuro de este proyecto que me está dando tantos aprendizajes, día a día.
Gracias por leer.
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